Por Leonel Aguirre Meza
El 30 de abril es la fecha en que en nuestro país se celebra el día del niño, una fecha fijada a sugerencia de la Organización de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1982 que se consagraría la paternidad y a la comprensión de todos los niños del mundo entero y se destinaría a actividades que desarrollaran el bienestar de los niños del mundo.
En atención a lo anterior, felicidades a todos los niños mexicanos y en especial a los Sinaloenses.
Afortunadamente, en 1989, se expidió, por la ONU, la Convención sobre los Derechos del Niño, en cuyo preámbulo se reconoce que para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión.
Entre los Derechos Humanos especiales a su condición de niños destacan los relativos a la vida, a la salud, alimentación, el descanso, el esparcimiento, al juego, a la libertad de expresión, a nombre y nacionalidad, a una familia a la protección contra el descuido, trabajo infantil y contra la explotación sexual y económica en general.
Es importante resaltar que se cuenta con un entramado jurídico de carácter internacional, así como también de carácter nacional, pues también los Derechos Humanos de los niños tienen respaldo constitucional, específicamente en el artículo 4º contando además con una ley federal y estatal para la protección de sus derechos y en todos ellos se reafirma el interés superior del menor, lo que implica que en todas las medida concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas y privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.
En teoría, tenemos un marco jurídico que debiera garantizar un bienestar y desarrollo pleno de nuestros menores, no obstante la estadística nos muestra un mundo real sumamente preocupante.
Según la Organización Internacional del Trabajo, existen 215 millones de niños trabajadores en el mundo, de los cuales un porcentaje alto está integrado a trabajos peligrosos, esclavitud y otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas incluyendo el tráfico de drogas y prostitución.
El INEGI señala que en México, existen más de 18 millones viviendo en situación de pobreza lo que representa el 56.3% de los 32.5 millones de menores que habitan el país; más de tres millones de niños entre 5 y 17 años realizan actividades económicas, de los cuáles el 47.3% no percibe remuneración alguna.
En Sinaloa, cientos de niños de diferentes partes de la república migran con sus padres para buscar un mejor futuro en las zonas agrícolas, muchos de los cuáles son usados en el trabajo agrícola infantil, muchos otros, los que tienen suerte se quedan en las cuarterías que en su mayoría se encuentran sin muchos servicios básicos.
Pero en lo general el fenómeno que más afecta a nuestros niños es el ambiente de violencia en que está inmiscuida la sociedad Sinaloense, debemos por lo tanto hacer un esfuerzo, sociedad y gobierno para garantizar que nuestros niños tengan un grado máximo de bienestar en el que aspiren a la felicidad y hagan de su infancia lo que representa una niñez convertida en una etapa de hermosos recuerdos y con sueños maravillosos.