Culiacán, Sin.- Las extorsiones telefónicas o secuestros virtuales son el nuevo proceder de los grupos delincuenciales para obtener jugosas recompensas o someter a las víctimas al mercado negro de personas, este acto delictivo que una constante en Sinaloa no solamente daña sicológicamente a quien lo vive, sino a toda la familia.
El pasado 27 de enero en Culiacán una joven de 20 años estudiante de ingeniería bioquímica, fue víctima de un “engaño telefónico”, término que utiliza el personal de la Unidad Especializada Antisecuestros (UEA), para estos casos.
La victima relata que a las 5:30 horas recibió una llamada a su celular donde un hombre, quien decía ser personal de gobierno y que le llamaba porque del celular de la joven se habían recibido 17 llamadas al número de emergencias, la empezó a cuestionar sobre sus datos personales.
Los datos que proporcionó fue su nombre, lugar de origen, esto pensando que se trataba de personal de gobierno, minutos más tarde se daría cuenta que las cosas no eran como se las planteaban.
El sujeto continuó diciéndole a la joven que de su número se habían realizado llamadas que tenían que ver con la muerte de dos agentes y 17 personas más, por lo que posiblemente se lo habían jaqueado por lo que ella tenía que cooperar en la investigación que supuestamente estaban realizando.
“Entonces yo me asusté y le dije no señor a lo mejor y sí jaquearon mí número de celular, pero yo no ando en cosas malas, ni mi familia, ni nada, a lo que él me dijo no se preocupe sabemos que usted no fue, pero hay gente que la quiere perjudicar”.
La afectada comentó que después de varios minutos el hombre que la llamó le empezó a hablar con groserías y le dijo que no era de gobierno, sino de un cartel, y que ellos tenían a su familia secuestrada.
El extorsionador siguió con las amenazas: “si no seguía las instrucciones los asesinarían a mí familia, y así empezó la pesadilla” como ella califica la situación que vivió por más de 43 horas.
Dijo que le exigió que no cortara la llamada porque asesinarían a su hermano y a sus padres y que se trasladara al centro de la ciudad, donde presuntamente la esperaría una abogada.
Al llegar al lugar indicado no encontró a nadie, por lo que le informaron que le depositarían dinero en un número de cuenta que durante el cuestionamiento el delincuente le había pedido, ella acudió a recoger ese dinero sin cortar la llamada en ningún momento.
Después el hombre le pidió que comprara un celular en un OXXO, y que se trasladara a la central camionera, donde pensó que entregaría el celular que había comprado y el dinero a otra persona, pero al llegar a la central le pidieron que comprará un boleto para Durango a nombre de una mujer que el sujeto le indicó.
La joven continuaba pensando que ese boleto sería para otra mujer y que en cualquier momento llegaría, pero su angustia creció cuando le exigieron que ella abordara el autobús con rumbo a Durango.
El sujeto quien le decía que lo llamara “amor” para que pensaran que ella iba hablando con su novio, durante todo el trayecto del autobús a Durango continuó en la línea, y al llegar a la central del vecino estado le ordenó que se hospedará en un hotel que se encuentra cerca de la central, por lo que Candy pensó que personal del hotel también estaba involucrado y que ellos la vigilaban.
Antes de ingresar al cuarto del hotel le pidieron que comprará algo para cenar, agua y chocolates, porque no la dejarían dormir ya que tenía que estar hablando con dos sujetos que se alternaban uno en el día y otro en la noche, en el celular que había comprado minutos antes de salir de Culiacán, para ese momento ya le habían ordenado que apagará su celular y le retirara la pila.
La mañana siguiente a la joven le ordenaron que prendiera su celular solo para que les hiciera una llamada a sus padres y que les dijera que no sabía dónde estaba, pero que la iban a matar, si no depositaban los 500 mil pesos que minutos antes un sujeto le había pedido vía telefónica a la mamá de la joven de un celular con lada de Tamaulipas.
En ese momento los padres de la joven confiaron en las autoridades y acudieron a la Policía Ministerial, de donde los canalizaron a la Unidad Especializada Antisecuestros (UEA), donde de inmediato iniciaron los trabajos para localizar a la joven.
Fue a partir de las 6 de la mañana del 28 de enero, cuando los agentes especializados en secuestros empezaron las investigaciones y de inmediato identificaron que se trataba de un secuestro virtual a través del engaño telefónico, pero explicaron que como en los últimos meses se ha detectado que los delincuentes que en su mayoría son presos de penales del sur del país.
Comentaron que han cambiado estrategias y buscan que si no obtienen el dinero que se les exige por teléfono a los padres de las jovencitas, llevárselas a otros estados, donde al parecer después las obligan a participar en las extorsiones o para prostituirlas.
En el caso de la joven secuestrada, quien el Día de la Candelaria cumplió 21 años, a través de los trabajos de inteligencia de la UEA de Sinaloa, a quien se le reconoce como la mejor Unidad Antisecuestros del país, el jueves 29 de enero se logró rescatar sana y salva.
Este resultado se logró con el apoyo de la Unidad Antisecuestros del estado de Durango, quienes llegaron por la joven justo a tiempo para evitar que ella recogiera otro dinero que le enviarían los delincuentes al parecer para que se trasladara a otro estado.
Patricia Mata /ExtraOficial