En acciones de protesta frente a la Casa Blanca y en más de 10 ciudades estadunidenses, en el contexto de la reunión bilateral de los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de Estados Unidos, Barack Obama, manifestantes denunciaron que las políticas oficiales de seguridad pública impulsadas por ambos gobiernos son responsables de la ola de violencia en México, incluyendo los casos de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.
En tanto, algunos legisladores federales expresaron hoy su preocupación por el caso de los estudiantes atacados en Iguala, Guerrro, entre otros.
No obstante la nevada y temperaturas crueles, un centenar de manifestantes, la mayoría de origen mexicano, realizaron un acto de protesta frente a la Casa Blanca durante la reunión de los dos mandatarios. Por medio de megáfonos, consignas y mantas, los inconformes exigieron justicia en el caso de los 43 normalistas desaparecidos: Fue el Estado y los 43 son miles, acusaron.
Este martes también estaban programados actos paralelos en más de 10 ciudades del país, como Los Ángeles, Minneápolis, Houston, Dallas, Seattle y San Francisco, informó la red #USTired2, en conjunto con otras organizaciones latinas y sus aliados. La demanda principal fue exigir el fin de los programas estadunidenses de asistencia a las fuerzas de seguridad mexicanas, en el contexto de casos como Ayotzinapa y Tlatlaya, así como otros abusos donde se muestra un patrón de severos abusos de derechos humanos por fuerzas oficiales, nutridas por la corrupción y la impunidad.
Entre los manifestantes estaban familiares de desaparecidos en México, como Nansi Cisneros, quien viajó de Los Ángeles a Washington y cuyo hermano fue secuestrado en Jalisco. En una nota publicada en el Huffington Post sobre su caso, Cisneros afirma que mientras el Presidente vino esta semana a hablar de su México, yo estaré en Washington para hablar del mío…, uno donde la impunidad impera, y que si pudiera hablar con Peña Nieto le diría que, igual que los familiares de los normalistas, él no puede imaginar cuánto nos están costando su inacción y sus fracasos. Otro que protestó en Seattle fue José Luis Ávila, esposo de Nestora Salgado, la líder de la policía comunitaria de Olinala, Guerrero, quien está presa.
Estas protestas hicieron eco de lo que organizaciones nacionales e internacionales defensoras de las garantías fundamentales –entre ellas Human Rights Watch y Amnistía Internacional– han catalogado como crisis de derechos humanos en México.
En este contexto, dos influyentes legisladores federales señalaron que mientras apoyan las políticas de México y la continuación de la amplia cooperación bilateral, los abusos de derechos humanos continúan generando preocupaciones.
El senador Robert Menendez, demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores (y hasta fin de año presidente de dicho comité), declaró que si bien aplaudimos el enfoque en el crecimiento económico de la cumbre de hoy en la Casa Blanca, no podemos pasar por alto los desafíos de la violencia y la corrupción que han sacudido a México en los últimos años. Sin seguridad ni el estado de derecho, las esperanzas de crecimiento económico y competitividad siempre se verán limitadas. La tragedia de la desaparición de los estudiantes en Iguala, el descubrimiento de fosas comunes clandestinas y el asesinato extrajudicial cometido por las fuerzas de seguridad desalientan la inversión que merece un México dinámico y moderno.
En tanto, el demócrata Eliot Engel, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, también elogió la relación económica, pero advirtió que ambos países deben redoblar esfuerzos para mejorar la seguridad en México, donde más de 18 mil personas han muerto en matanzas relacionadas con el crimen organizado en los últimos dos años. Agregó que “la trágica desaparición de 43 estudiantes universitarios en Iguala, en septiembre pasado, demuestra que mucho queda por hacer para reducir la violencia en México…”
Aunque hoy al concluir la reunión con Peña Nieto el presidente Obama comentó que, obviamente hemos estado siguiendo aquí en Estados Unidos algunos de los sucesos trágicos alrededor de los estudiantes, cuyas vidas se perdieron, y que un día antes sus asesores habían indicado que estaban enterados de la documentación de organizaciones como Human Rights Watch sobre la crisis de derechos humanos en México, el mandatario estadunidense respaldó lo que llamó los programas de reforma de su homólogo en torno a estos temas y se comprometió a continuar el apoyo estadunidense a los esfuerzos mexicanos para erradicar “la violencia y los cárteles de droga, que son responsables de tanta tragedia dentro de México”.
Fuente La Jornada /ExtraOificial