Por Anayeli García Martínez
Para las mujeres que desean recurrir a un aborto en el DF, desconocer su grupo sanguíneo puede ser un obstáculo para ejercer este derecho.
El hecho de que una mujer tenga tipo de sangre RH negativo se puede convertir en un impedimento para que ejerza su derecho al aborto en el Distrito Federal, garantizado en las leyes capitalinas desde 2007.
En caso de tener ese tipo sanguíneo, la mujer que desee acceder a la interrupción legal del embarazo (ILE) tendrá que comprar una vacuna especial, la inmunoglobulina (o gammaglobulina) anti D, –la cual no brindan los servicios de Salud del gobierno capitalino y cuyo precio asciende hasta los 2 mil pesos–, para evitar que afronte problemas sanitarios en próximos embarazos.
Así le ocurrió a “Andrea”, una joven de 23 años con seis semanas de gestación, quien sin tener la información suficiente por parte de las autoridades, en febrero pasado acudió a la Clínica Comunitaria Santa Catarina en Iztapalapa, adscrita a la Secretaría de Salud local (Ss-DF), para interrumpir un embarazo no deseado.
El médico le preguntó su tipo de sangre, y como muchas personas, “Andrea” desconocía el dato. Le hicieron una prueba de laboratorio y resultó ser O RH negativo, lo que provocó que no le practicaran la ILE.
El doctor le indicó que –“como lo marca el protocolo de atención”– antes de acceder al servicio ella debía estar vacunada con la inmunoglobulina anti D.
RAZONES MÉDICAS
El gineco-obstetra Patricio Sanhuesa, responsable de Salud Sexual y Reproductiva de la Ss-DF, explica que la aplicación de esa vacuna es un procedimiento preventivo para evitar que las mujeres con tipo de sangre RH negativo generen anticuerpos (isoinmunización materna), y en futuros embarazos su sistema inmunológico ataque la sangre del feto.
Pero a “Andrea” ninguna autoridad de la Ss-DF le informó al respecto antes de tomar la difícil de decisión de acudir a las instancias de salud, para interrumpir su embarazo.
Muy al estilo mexicano, “a la mera hora” los médicos le dijeron a la joven que debía llevar la vacuna, la cual para colmo no es de fácil adquisición, pues debe comprarse en farmacias especializadas, aunque no en todas está disponible.
“Andrea” pagó en el banco cerca de 2 mil pesos para comprar la inmunoglobulina anti D, una vacuna tan delicada que incluso se vende en una pequeña hielera porque no puede estar a temperatura ambiente.
Días después, la joven regresó a la clínica de Iztapalapa donde le aplicaron la dosis y después le realizaron la ILE. Los médicos le advirtieron que por su condición sanguínea en próximos embarazos o eventos obstétricos tendría que volver a vacunarse.
FALTA DE INFORMACIÓN
“Andrea” cuenta que andar de farmacia en farmacia buscando la vacuna la desgastó psicológicamente, ya que además de preocuparse por la ILE tuvo que poner atención en cómo cumplir un requisito que nadie le informó.
“Yo conté con la posibilidad de adquirirla gracias a que mi pareja me apoyaba y contaba con dinero en ese momento, pero me imagino que ha de haber otras personas que han de tener más dificultad para poder adquirirla”, comenta la joven.
Por ello, “Andrea” llama a los servicios de salud del DF a que proporcionen la información correspondiente y evitar así contratiempos a las mujeres que quieren ejercer su derecho a decidir.
Oriana López, coordinadora del Fondo de Aborto para la Justicia Social “Mujeres, Aborto, Reproducción, Información y Acompañamiento”, mejor conocido como Fondo María, advierte que efectivamente hay mujeres que no pueden adquirir la vacuna.
Considera que la dosis debería proporcionarse en los servicios de salud pública, pero reconoce la “falta de presupuesto e infraestructura” en el gobierno local, además de la falta de información sobre los riesgos y padecimientos del embarazo.
“No es la mayoría de los casos, pero tampoco es algo para no mencionar, es algo que pasa y las mujeres tienen que estar al pendiente de cuál es su tipo de sangre y su RH”, apunta.
Héctor Baptista-González, coordinador de Hematología Perinatal del Instituto Nacional de Perinatología, explica que el RH negativo es un grupo sanguíneo que por sí mismo no produce ninguna enfermedad, pero que es importante conocer.
El especialista detalla que el problema surge cuando una mujer RH negativo tiene un embarazo de feto RH positivo, porque el sistema inmunológico de la gestante crea anticuerpos que al afectar al producto le causan anemia e incluso la muerte.
Baptista-González expone que en el primer embarazo los anticuerpos no actúan de inmediato y no afectan al recién nacido, sin embargo la memoria inmunológica de la madre hace que los efectos sean mayores en siguientes embarazos, por lo que es seguro que la mujer genere anticuerpos contra la sangre del feto y haya afectaciones al producto.
Fuente CIMAC /ExtraOficial