Mujeres, creatividad y empoderamiento


Mujeres y Salud Mental por Alejandra Buggs Lomelí*

 

“Las mentes creativas son conocidas por ser capaces de sobrevivir a cualquier clase de mal entrenamiento”: Anna Freud    

Según su etimología, la palabra creatividad es la capacidad para crear, para dar existencia a algo o producirlo de la nada.

 

La creatividad no es patrimonio exclusivo ni de mujeres ni de hombres, es decir, que no es una habilidad específica de un género.

Sin embargo, el reconocimiento y desarrollo de la creatividad en las mujeres ha sido una tarea ardua y difícil debido a que a lo largo de la historia el mundo patriarcal no ha reconocido esta facultad en las mujeres.

Las mujeres siempre hemos sido y somos creativas, pero ha sido hasta hace muy poco y lentamente que las mujeres han ido obteniendo el justo reconocimiento a su creatividad.
La creatividad de las mujeres se manifiesta de diferentes formas, por ejemplo: en una obra de arte, en una danza sensible, en un plato de comida o en la crianza de hijas e hijos.

La podemos encontrar en nuestros sueños o en nuestra cotidianidad cuando elegimos la ropa para vestirnos o al expresar alguna idea que nos parezca “loca”.

La capacidad creativa de las mujeres es una cualidad muy valiosa, es una energía poderosa que nos alimenta a todos niveles: psíquico, mental, emocional, físico, espiritual, social y económico.

Mi experiencia en la consulta psicoterapéutica con mujeres me ha permitido constatar que uno de los espacios donde la creatividad de las mujeres se manifiesta de manera contundente es en nuestra capacidad de liderazgo.

Concepto que muchas veces se vincula exclusivamente al entorno laboral, sin embargo, el liderazgo de las mujeres es un concepto mucho más amplio que abarca situaciones de nuestra vida personal y social.

Nuestra capacidad de liderar está relacionada con el manejo de habilidades técnicas como por ejemplo: el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, así como con el mejoramiento de habilidades y capacidades emocionales que repercuten en el proceso de empoderamiento personal y social de las mujeres.

Este proceso de empoderamiento femenino resulta del esfuerzo consciente que hacemos las mujeres por despertar y mantenernos alertas para no dejar de ser protagonistas de nuestras propias vidas.

Por lo que es importante dejar atrás condicionantes de género que nos han limitado y aprovechar al máximo nuestras potencialidades.

La suma del proceso creativo y el proceso de empoderamiento de las mujeres podría resultar en algo a lo que bien podríamos llamar “creatividad de género”, sin embargo, baste decir por ahora, que lo importante es que las mujeres enfoquemos todos nuestros esfuerzos por descubrir, rescatar y expresar nuestra propia voz a través del contacto con nuestra capacidad creativa.

Reconociéndola en nuestra vida, cuidándola y retroalimentándola para que siga coloreando nuestra existencia y se convierta en aliada de nuestro proceso de empoderamiento, especialmente en momentos de estrés, soledad o en el recorrido por nuestros diferentes ciclos de vida.

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