Muere a los 82 años el rey del futbol mundial: Pelé


Pelé. El apodo que lo acompaña desde los 6 años. El que dejó atrás el Dico de su casa y el Gasolina de Santos. Pelé, tan simple como eso. El sobrenombre con el cual se identifica a los talentosos. No hay país en el mundo donde no exista un Pelé. Una huella que perdura y que será eterna.

 

Es cierto que con el paso del tiempo aparecieron otros nombres que rayaron a su altura: Maradona y Messi son claros ejemplos. Pero el Rey seguirá siendo el Rey.

 

Con 8 años ya trabajaba. Le gustaba andar en la calle en su Minas Gerais natal. Repartía diarios, después, remedios, pan, hasta que finalmente dio con lo que más le gustaba: lustrar zapatos en la plaza principal y vender pasteles en la estación de ferrocarril.

 

Pasó hambre. Conoció la pobreza. Pero disfrutaba. No olvidó su pasado, por eso cuando anotó su gol número 1.000 pidió que se acordaran de los niños de las favelas.

 

Pelé jugaba en el Baurú hasta que llegó el momento en que lo tentaron de Santos. Aquel viaje fue sufrido porque su madre no estaba del todo convencida.

 

“Cuando Waldemar de Brito llamó a mi casa, yo temblaba por ella. Pero tanta fue la presión que finalmente aceptó. La lucha por convencerla duró dos semanas. Todos los días llegaba un dirigente del Santos con Waldemar, el técnico del Baurú. Al final dijo que sí y viajamos en tren”, rememoraba el Rey sobre sus inicios.

 

Al poco tiempo de estar en el club pretendió darse a la fuga, pero el utilero del Santos, Sabuzinho, lo descubrió cuando pensaba abandonar la ciudad y lo convenció de que se quedara.

 

“Cuando escucho hablar de los que descubrieron a Pelé, me dan ganas de citar también a los que “retuvieron” a Pelé”, expresó alguna vez. Fue el inicio de la historia, una historia plagada de gloria. Se fue Pelé, su fallecimiento pegó duro en el ambiente del fútbol, pero su historia perdurará al paso del tiempo.

 

Edson Arantes Do Nascimento, mundialmente conocido como Pelé, murió a los 82 años.

 

Nació el 23 de octubre de 1940 en Tres Corazones, Mina Gerais, Brasil, y comenzó su carrera en el Santos. Debutó en el Peixe con apenas 15 años, marcando un gol en el estreno oficial.

 

Desde chico se notaba su talento, pero pocos pensaban que llegaría a ser el jugador que fue, sobre todo por su condición física: los entrenadores lo veían muy endeble, muy liviano para poder jugar en el fútbol profesional.

 

De a poco se fue fortaleciendo en el aspecto físico y a medida que crecía su contextura, también lo hacía su juego. Debutó en el Santos en 1956 y en 1957 fue goleador del torneo Paulista, con 41 goles en 38 partidos.

 

A nivel país, su explosión llegó en el Mundial de 1958, cuando Brasil logró su primera Copa del Mundo. Pelé, como todos los brasileños, tenían la espina clavada por el Maracanazo de 1950, cuando la verdeamarela perdió de local la final con Uruguay.

 

Viendo a su padre y a sus familiares cercanos devastados por esa derrota, el joven Pelé, de 10 años en ese momento, le prometió a su papá: “Voy a ser jugador de fútbol y voy a ganar un Mundial”.

 

En Suecia, se perdió los primeros partidos por una lesión en la rodilla. Pero se mostró en toda su dimensión cuando le tocó jugar a partir del tercer partido frente a Rusia, el último encuentro de la fase de grupos. A los 17 años se consagró campeón del mundo mostrando su habilidad y capacidad goleadora: en ese entonces ya todos hablaban de él.

 

Luego, también se consagraría en la Copa del Mundo de Chile 1962, donde una lesión le impidió estar presente en la mayoría de los partidos, y en México 1970, el último Mundial que jugaría, donde se lo vio en todo su esplendor. En el Santos de Brasil estuvo hasta 1974, y a partir de 1975 seguiría su carrera en el Cosmos de Estados Unidos, hasta su retiro.

 

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Con la Selección de Brasil jugó 112 partidos, entre oficiales y no oficiales, y marcó 95 goles.

 

Entre sus logros a nivel clubes se destacan, además de los torneos locales con Santos, dos Copas Libertadores y dos Intercontinentales.

 

Pelé fue sin dudas el mejor jugador del mundo de su época. Para muchos, el mejor de la historia, aunque la subjetividad en este punto termine en una eterna discusión futbolera para determinar si fue mejor que Maradona, Messi, Di Stéfano o Cruyff.

 

Lo cierto es que O Rei fue un jugador incomparable, habilidoso, de exquisita pegada, goleador, gran cabeceador, y muy fuerte para enfrentar a rivales que buscaban, directamente, sacarlo de la cancha, en tiempos donde no había cambios, tampoco amarillas y muy pocas cámaras de TV que registraran los maltratos que los futbolistas distintos sufrían dentro del campo de juego.

 

 

Luego de su retiro siguió vinculado al deporte y al fútbol, pero no como entrenador. Lo nombraron Ministro de Deportes de su país, embajador de Unicef, colaborador de la FIFA y asesor ejecutivo del Santos, entre otros cargos. En el año 1980 lo nombraron el “Futbolista del Siglo” y en el año 2000 ocupó el segundo lugar como deportista del siglo por detrás del boxeador Muhammad Alí.

 

La cantidad de goles que marcó sigue siendo tema de debate: algunos hablan, entre partidos oficiales y no oficiales, de 1.282. Una cifra abrumadora. Otros, sólo suman los oficiales, y cuentan 767.

 

A la edad de 82 años, la leyenda del fútbol mundial perdió la vida tras sufrir de cáncer.

 

De algo no hay dudas: Pelé fue O Rei, uno de los mejores exponentes del fútbol que desde Sudamérica cautivó a todo el mundo.

 

Con información de ESPN.com