Entre los narcotraficantes existe un código no escrito que obliga a respetar, en todos sentidos, a las esposas de los líderes de organizaciones criminales.
Sin embargo, en el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, la implicación de su esposa Emma Coronel en posibles actos delictivos –que ya son investigados por autoridades estadounidenses– fue parte de la traición que Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, cometió contra su exsocio.
El testimonio de los 14 cooperantes en el juicio contra Guzmán Loera fue devastador, pero López Núñez no sólo detalló la forma en que operó el tráfico de droga con su exsocio y cometieron diversos delitos, incluidas ejecuciones, sino que dio un paso más allá al implicar a la esposa de “El Chapo”.
La venganza del Cártel de Sinaloa –reorganizado por el llamado “Jefe de jefes”, Ismael “Mayo” Zambada— avanza en varios frentes: el cobro directo de cuentas al ejecutar a familiares de exsocios –como a Adolfo “N”, hermano de “El Licenciado”— y recobrar el terreno perdido tras la caída de Guzmán Loera.
Expertos en narcotráfico indican que los enemigos del Cártel de Sinaloa aprovecharon el encarcelamiento de “El Chapo” y su extradición para avanzar, lo que permitió la unión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que se unió a los Arellano Félix para crear el Cártel de Tijuana, el cual ha hecho frente al de Sinaloa.
Las rencillas entre los bandos en Baja California no son recientes, ya que los Arellano Félix dominaban Tijuana, pero luego se separaron de la federación que controlaba el tráfico de droga en los años ochenta y noventa en México, desatando una guerra sin parangón.
Fuente: El Diario NY