El PRI inicia hoy una nueva era; será la oposición más digna de la historia de México, afirman


Al rendir protesta ante el Consejo Político Nacional como nuevo Presidente Nacional del CEN del PRI, para el periodo 2019-20123, Alejandro Moreno Cárdenas afirmó que hoy inicia una nueva era del PRI y planteó que el Partido será la oposición más digna de la historia de este país, inquebrantable en sus principios e indestructible en su valor democrático.

Después de rendir protesta al lado de Carolina Viggiano Austria, quien asume la Secretaría General, precisó que “no vengo a decir un discurso atado a nada ni a nadie. Lo que vengo a decir, es el primer discurso de la nueva era del Partido Revolucionario Institucional”.

Aseguró que “encauzaremos un movimiento político contemporáneo, tradicional en sus valores, pero moderno en sus causas. El Partido con más historia en México, le abre las puertas al presente y al futuro. Los priistas hemos hecho mucho por México. Y queremos hacer todavía más”.

Puntualizó que “somos la primera dirigencia libre en mucho tiempo, pues llegamos sin amarres ni deudas políticas. Somos una dirigencia real, legitimada por los más de un millón 600 mil votos y no por la designación desde el poder. Una dirigencia que tiene el mérito de construirse de abajo hacia arriba, contando con el respaldo de cientos de miles de priistas, y no de un solo grupo”.

Lo anterior, agregó, “no sólo nos llena de orgullo, sino que nos fortalece estratégicamente. Por primera vez en mucho tiempo, el PRI no recibirá instrucciones de nadie. No le debemos nada a nadie que no sean los militantes priistas. Nuestra única deuda es con nosotros mismos. Con esa legitimidad, nos plantaremos con libertad, dignidad y fortaleza ante quienes hoy detentan el poder”.

Aseveró que el PRI tiene estructura política y electoral, la más grande del país, y eso no es ningún secreto. Por ello, argumentó, “no voy a aclarar lo que es una realidad: El verdadero Partido satélite de México es Morena, porque gira alrededor de una sola voluntad”, y “hay quienes aplauden al gobierno por reflejo condicionado”.

En cambio, estableció, “a nosotros nos corresponde ejercer una oposición constructiva, competitiva, fuerte, enérgica, con carácter y con categoría; la oposición más digna de la historia de este país, inquebrantable en sus principios e indestructible en su valor democrático; una oposición que triunfe moralmente por sus ideas y electoralmente por la fuerza de su militancia”.

Así, precisó que durante su dirigencia habrá “diálogos públicos con todos y acuerdos oscuros con nadie”.

Explicó que “hay quienes quieren un México de pobres. Yo prefiero un México donde todos tengan la oportunidad de salir adelante: nuestros hermanos indígenas; las mujeres y hombres del campo, del mar, de la industria, del comercio, de los servicios y del turismo; así como de los sectores de la salud y de la educación”.

Destacó que “hoy no es, ni se trata de Partidos de masas, sino de causas; por eso, vamos a convertir al PRI en el cauce de las causas de la sociedad”.

Por ello, informó que en la próxima Asamblea Nacional, en el 2020, se someterá a la consideración de la militancia el Proyecto de Nación. La idea, indicó, “es alejarnos de actuaciones vacilantes y coyunturales”.

Adelantó que el nuevo Programa de Acción del Partido “debe ser atemporal y muy práctico, apegado a la realidad presente y a la que queremos construir. Un programa sólido, firme, recio y combativo para oponernos a todo lo que coloque en situación de riesgo a México”.

Durante la 47 Sesión Extraordinaria del Consejo Político, celebrada en el auditorio “Plutarco Elías Calles”, en la sede nacional del Partido, dijo a los priistas, y en especial a los más críticos, que “sé lo que representan y que los he escuchado y que con su participación incorporaremos la esencia de sus posturas, siempre con respeto y dialogo permanente”.

En la sesión del Consejo Político Nacional, estuvieron presentes gobernadores, ex presidentes del Partido y los coordinadores parlamentarios en el Congreso, así como presidentes municipales.

Ante todos ellos, dijo que el Partido Revolucionario Institucional tiene la experiencia y la madurez para resolver los problemas del país, y advirtió que no puede haber un solo militante priista en el país que piense que se ha quedado solo y que no puede contar con el Partido al que le ha dedicado su vida.

Moreno Cárdenas hizo un llamado a los priistas a iniciar juntos la nueva etapa del Partido, entendiendo que la fortaleza de sus adversarios es consecuencia de los errores de quienes desconocieron y traicionaron a la militancia. “El Partido no puede asumir los costos de quienes tomaron decisiones equivocadas”, expresó.

Recordó que el PRI y sus militantes organizaron la elección y casi 2 millones de ellos salieron a votar con compromiso y entusiasmo, no sólo por una nueva dirigencia, sino por cambio de fondo en el Partido, porque “los militantes ya no quieren más acuerdos cupulares que los dejan fuera del proceso de toma de decisiones”.

Planteó liberar al Partido de quienes lo mantuvieron secuestrado y regresarlo a sus orígenes, para restablecer sus vínculos con la militancia y recuperar el orgullo de ser priistas, ya que, expuso, “si no podemos recomponernos hacia adentro, menos podremos servir a la gente, que es lo único que le da sentido al PRI”.

Moreno Cárdenas señaló que Luis Donaldo Colosio quiso recuperar el valor de la militancia, democratizar el Partido para que la voz de la base siempre fuese escuchada, pero “el proyecto quedó trágicamente truncado”, por lo que propuso recuperarlo y proyectarlo para construir el PRI del siglo 21.

Por eso “hoy no vengo a decir un discurso atado a nada ni a nadie. Lo que vengo a decir, es el primer discurso de la nueva era del Partido Revolucionario Institucional”.

“Nuestro programa habrá de señalar la importancia de construir alianzas con otros Partidos, cuando sea necesario integrar amplios frentes ciudadanos para derrotar a los detentadores del poder”, expresó.

Precisó enseguida que “haremos las alianzas sólo cuando éstas contribuyan a ganar y beneficien a nuestro Partido y a nuestro país”.

En tanto, añadió, “en defensa de la nación, salvaguardaremos las libertades constitucionales, el carácter republicano de México, haciendo respetar el Estado de Derecho, el sistema representativo, la división de poderes, la independencia de los jueces, el federalismo, la soberanía de los estados y la autonomía municipal”.

Puntualizó que “las instituciones democráticas de México no son canjeables ni cancelables. Por eso el Programa de Acción debe contener nuestro trazo de nación más allá de las coyunturas del momento, porque no debe estar orientado a un gobierno en particular, porque los gobernantes son pasajeros, pero México es eterno”.

Consideró que el PRI, por vocación, por los hechos y por el derecho, se inscribe en la corriente socialdemócrata de los Partidos políticos contemporáneos del mundo.

Como dirigente, dijo que asume el respeto a los derechos humanos en su totalidad, “como el Partido socialdemócrata moderno que somos y que marcan nuestros documentos básicos, y como Partido progresista y de centro izquierda, aspiro a un PRI donde las causas medioambientales sean una constante en nuestra acción legislativa y en la actividad gubernamental”.

Moreno Cárdenas estableció que “no vamos a permitir comportamientos que deshonren al Partido y actuaremos en consecuencia. El PRI no solapará a nadie, pues cada caso tiene nombre y apellido; pero tampoco permitirá persecuciones derivadas de vendettas políticas”.

Subrayó que “no se puede judicializar la política, ni politizar la justicia”, porque “el respeto al Estado de Derecho es fundamental para la estabilidad política nacional”.

Se comprometió a endurecer el acceso a cargos de elección popular y a trabajar en la formación de políticos con ética pública, priistas de valor y de valores, militantes que prestigien al Partido por su trayectoria, por su capacidad y por su compromiso con la Nación.

Mencionó que temas como el de la seguridad pública del país, el crecimiento económico y el desarrollo social son fundamentales. “El México del mañana no puede ser este, marcado por los homicidios, la incertidumbre económica y la pobreza. Es una realidad que no puede ser la de los próximos años”, afirmó.

Dijo que el gobierno actual prometió bienestar y seguridad y ha sido incapaz de honrar esas promesas. “La economía no crece, se pierden fuentes de empleo, los fertilizantes no llegan a los campesinos y las clases medias viven en medio de la incertidumbre. Y nadie se siente protegido por un estado que ha sido superado la criminalidad”, agregó.

El PRI, añadió, “no sólo debe denunciar ese abandono y atropello, sino también plantear las políticas y acciones que aseguren el bienestar de la gente. La crítica no basta. La gente quiere oír propuestas y que la clase política trabaje para ellos, que los Partidos trabajen para ellos y no se sirvan de ellos. El PRI responderá a esa exigencia con toda su capacidad, con todo compromiso y con toda entrega a México”.

Señaló que “el PRI perdió la elección presidencial, pero aquí está, más vivo que nunca por su fuerza democrática interna”.

Esta tarde quiero decirles que lo que yo pedí para participar en la elección interna por la presidencia del PRI, era que pudieran votar los militantes, que la voluntad de quienes integramos este gran partido pudiera expresarse en las urnas; fue mi condición y fue el criterio que más defendí durante los meses previos a la campaña.

Porque estoy convencido que la militancia no solo es el activo más importante del PRI: nuestra militancia es el partido. Debemos iniciar juntos esta nueva etapa del partido, entendiendo que la fortaleza de nuestros adversarios es muchas veces la consecuencia de los errores de quienes desconocieron y traicionaron nuestra militancia.

El partido no puede asumir los costos de quienes tomaron decisiones equivocadas.

Quiero que mi presidencia al frente del partido marque el inicio de una nueva etapa para el priismo; una nueva etapa en que la militancia sea reconocida; esa militancia que hizo que nuestra elección pasara a la historia como una de las más concurridas de cualquier partido político a nivel nacional.

El PRI y sus militantes organizaron la elección. Y casi dos millones de militantes del PRI salieron a votar con compromiso y con mucho entusiasmo, no sólo por una nueva dirigencia, sino por un cambio de fondo en nuestro partido.

Si algo tengo muy claro, y así lo constaté en cada encuentro y lo veo todos los días cuando platico con un priista, es que los militantes ya no quieren acuerdos cupulares que dejen a un lado y afuera a nuestra militancia priista.

En los últimos años se alejó a la militancia, las decisiones las tomó una nomenclatura sin raíces ni compromiso con el partido, y las candidaturas las repartieron en quienes los tuvieron secuestrados.

Lo que yo planteo es liberar al partido y regresarlo a sus orígenes, para restablecer los vínculos con nuestra militancia; recuperar el orgullo de ser priistas.

Si no podemos recomponernos hacia adentro, menos podremos servir a la gente, que es lo único que le da sentido al PRI.

Luis Donaldo Colosio quiso recuperar el valor de la militancia, democratizar el partido para que la voz de la base siempre fuera escuchada.

El proyecto quedó prácticamente truncado. Lo que yo planteo es recuperarlo y proyectarlo para construir el PRI del Siglo XXI. Por eso no vengo aquí a decir un discurso atado a nada y atado a nada y atado a nadie.

Lo que vengo a decir es el primer discurso de la nueva era del Partido Revolucionario Institucional. Cuatro temas muy importantes pueden situar el punto de partida, para definir el partido que queremos.

El primero, es tener muy claro quiénes somos ideológicamente; el segundo, cómo vamos a organizarnos para el futuro. El tercero, qué posición guardaremos frente al poder, no sólo cuando somos oposición, sino también cuando somos gobierno, para que lo que defendamos esté sustentado en nuestro Programa de Acción.

Y cuarto, cómo hacer para que cuando se postule a alguien a un cargo de dirigencia o de elección popular, sea con el genuino respaldo de la mayor parte de nuestra militancia.

Estos planteamientos tienen su respuesta en este mensaje, comenzando por precisar a nuestro partido qué ideología, qué claridad debemos de asumir: congruencia ideológica, democracia interna y estructura eficaz, para volver a ganar.

Hay a quienes les agota hablar de principios ideológicos; ha de ser porque no los tienen. La gesta revolucionaria del siglo pasado derivó en un proyecto de nación que descansa, en lo general, en nuestra Carta Magna, y en lo particular, en el eje de diversos artículos constitucionales.

De ahí se desprende el Estado Constitucional de Derecho, en tanto que la incorporación de derechos sociales en beneficio de las mayorías, conceptualizó el Estado Social de Derecho. Y así lo concebimos los priistas.

En ese proyecto, se incluyó la rectoría del Estado en actividades estratégicas, pero se dejó a salvaguarda la iniciativa social, para las demás actividades productivas y de servicios.

En consecuencia, el proyecto, por su sustancia, y el partido político que lo representa, el PRI, por vocación, por hechos y por el Derecho, se inscribe en la corriente socialdemócrata de los partidos contemporáneos de todo el mundo.

Como dirigente, asumo personal e institucionalmente, en materia de libertades y derechos civiles, el respeto de los derechos humanos en su totalidad, como el partido socialdemócrata que somos y que marcan nuestros Documentos Básicos.

Asimismo, como partido progresista y de centro-izquierda, aspiro a un PRI donde las causas medioambientales sean una constante en nuestra acción legislativa y en la actividad gubernamental.

Nuestra ubicación geopolítica y nuestra vecindad con la mayor economía del mundo, nos imponen una realidad extraordinaria: la economía abierta y la integración es la única posibilidad. Por lo tanto, estamos de parte de una socialdemocracia moderna, caracterizada por la economía abierta, por la responsabilidad social y por la democracia liberal.

Hoy, no es ni se trata de partidos de masas, sino de causas. Por eso, vamos a convertir al PRI en el cauce de las causas de la sociedad, para volver a ganar las elecciones.

En la próxima Asamblea Nacional del PRI, que celebraremos en el 2020, someteremos a la consideración de la militancia nuestro Proyecto de Nación. La idea es alejarnos de actuaciones vacilantes y coyunturales.

Lo que apruebe la Asamblea nos marcará el camino como partido. Todas nuestras decisiones y acciones serán congruentes con el mandato de nuestra militancia.

Todo lo anterior sólo tiene sentido si fijamos una postura clara frente a la corrupción y frente a todos sus efectos. Sencillamente no vamos a permitir comportamientos que deshonren al partido y actuaremos en consecuencia.

Ahora bien, el PRI no solapará a nadie, pues cada caso tiene nombre y apellido; pero tampoco permitirá persecuciones derivadas de vendettas políticas.

No se puede judicializar la política, ni politizar la justicia. El respeto al Estado de Derecho es fundamental para la estabilidad de la política nacional.

Por ello, asumimos, eso sí, la obligación de endurecer el acceso a cargos de elección popular y de trabajar en la formación de políticos con ética pública, priistas de valor y de valores, militantes que prestigien al partido por su capacidad y por su compromiso con nuestra nación.

Aquí estoy como dirigente del PRI, haciendo precisiones respecto del carácter ideológico de nuestro partido, pues no es mi talante ni mi forma de ser recurrir a las ambigüedades. Reconozco que a lo largo de los últimos meses, después de las elecciones del año pasado, ha habido una confrontación acalorada por diversas propuestas del proyecto del partido.

Desde aquí les digo, a todos nuestros correligionarios y en especial a los más críticos, que sé lo que representan y que los he escuchado, y que con su participación incorporaremos la esencia de sus posturas, siempre con respeto y con diálogo permanente. Todos debemos de poner de nuestra parte, para salir muy unidos y muy fortalecidos.

Yo les ofrezco trabajo y diálogo de buena fe, los espacios de participación para hacer del PRI el nuevo centro de la política nacional.

Muy especialmente, a esos buenos mexicanos que ya no se sintieron representados por el PRI, les hago una atenta y cordial invitación a que regresen al partido. En el PRI cabemos todos los que amamos a México y los que queremos regresar al poder.

Muy especialmente, a esos buenos mexicanos, que hoy quiero compartirles que tenemos una firme convicción política. He sido claro y preciso y hoy asumo el liderazgo para convencer con el único instrumento que tengo a mi disposición: la política, la buena política, la política de verdad, la política que los priistas sabemos hacer y hacerla muy bien.

Por ello, es la hora de concederle el valor más grande a nuestra unidad. La unidad es la suma inteligente de todos los intereses de los priistas por nuestro partido y por nuestro país.

Decía Madero que no practicar la democracia, atrofiaba el organismo de la nación; algo así le sucedió con nuestro partido, de la dimensión del tiempo de no ejercerla es el tamaño del daño que se le hizo a nuestro instituto político.

Es momento de hacer del PRI el partido con mayor democracia interna, siempre trabajando por construir acuerdos y consensos.

Y la génesis de una nueva etapa interna democrática se encuentra en la jornada del 11 de agosto pasado. Sólo un partido como el PRI pudo motivar la participación de casi dos millones de militantes priistas.

Con este triunfo hemos logrado algo fundamental: somos una dirigencia libre en mucho tiempo, pues llegamos sin amarres y sin deudas políticas. Somos una dirigencia real, legitimada por más de un millón 600 mil votos y no por la designación desde los grupos del poder.

Una dirigencia que tiene el mérito de construirse de abajo hacia arriba, contando con el respaldo de cientos de miles de priistas y no de un solo grupo.

Lo anterior, no sólo nos llena de orgullo, sino que nos fortalece estratégicamente. Por primera vez en mucho tiempo, el PRI no va a recibir instrucciones de nadie.

Lo digo y lo reitero con absoluta claridad, para que nadie se equivoque: no le debemos nada a nadie, lo único que le debemos a nuestra dirigencia, es el apoyo y el respaldo de toda la militancia priista en nuestro país.

Nuestra única deuda es con nosotros mismos, con esta legitimidad nos plantaremos con libertad, con dignidad, con fortaleza y con mucho carácter, a quienes hoy detentan el poder de la República.

El PRI tiene estructura política y electoral, la más grande del país, no es ningún secreto, pero es una estructura que exige y merece reconocimiento.

Por eso nos pronunciamos hoy por la más amplia participación de la militancia en todo el territorio nacional. Ratificando lo que ya ofrecimos: estar muy cerca de ella. No creemos en las militancias de ocasión, ni mucho menos en las militancias de conveniencia, que una vez cumplidos sus afanes personalistas, pretenden dividirnos.

Hoy, más que nunca, el partido necesita activistas por convicción y no por remuneración. Quiero que las próximas movilizaciones del partido, tanto en posicionamientos políticos como en procesos electorales, tengan como sello la alegría y el orgullo de trabajar por el partido con eficiencia y con eficacia, con todo el reconocimiento de las dirigencias al trabajo de base, que son millones de priistas que dan su corazón por el PRI y por nuestro país.

Por eso, el nuevo Programa de Acción de nuestro partido debe ser atemporal y muy práctico, apegado a la realidad presente y a la que queremos construir; un programa sólido, firme, recio y combativo, para oponernos a todo lo que coloque en situación de riesgo a nuestro país.

Y con visión de Estado, para guiar al país en su desarrollo político, económico y social, así como en los principios básicos y rectores de una política exterior que garantice el respeto y la soberanía nacional.

Nuestro programa habrá de señalar la importancia de construir alianzas con otros partidos. Cuando sea necesario integrar frentes políticos y ciudadanos para derrotar a quienes detentan el poder.

Haremos las alianzas sólo y cuando contribuyan a ganar y beneficien siempre a nuestro partido y a nuestro país: se acabaron las alianzas que no benefician al partido.

Asimismo, en defensa de la nación, salvaguardaremos las libertades constitucionales, el carácter republicano de México, haciendo respetar el Estado de Derecho, el sistema representativo, la división de poderes, la independencia de los jueces, el federalismo, la soberanía de los estados y la autonomía municipal.

Las instituciones democráticas de México no son canjeables ni son cancelables, por eso el Programa de Acción debe contener nuestro trato de nación más allá de coyunturas del momento, porque no debe estar orientado a un gobierno en particular, porque los gobernantes son eternos y en México, hoy, debemos trabajar para que cada uno en el tiempo construya su historia.

Y en esa eternidad de su trabajo y de responsabilidad y de servicio por México, se van a topar con un PRI firme y claro, de convicciones.

Para el PRI, ser oposición es coyuntural y regresar a gobernar es nuestro destino. Ningún otro partido tiene una estructura como la nuestra. Necesitamos que el partido se vea, pero sobre todo, necesitamos que el partido se sienta.

En un partido político como el nuestro, la confrontación interna de ideas enriquece, depura y define los intereses del partido.

A la pasión siempre le pondremos la razón, la razón de la militancia.

No vengo a pasar por encima de nadie; las decisiones cupulares fueron sepultadas el 11 de agosto. Nuestra dirigencia será receptiva de todas las voces, para convertirlas en la voz del priismo nacional, para ello, convoco a la construcción del nuevo prestigio del PRI, realizando la más grande reforma en la historia de nuestro Partido.

Una reforma que actualice el pacto social con nuestros sectores y organizaciones, una reforma para los priistas y para los ciudadanos que desean serlo y juntos construir el México que queremos.

Una reforma que sume causas colectivas y reste ambiciones personales, una reforma, donde las candidaturas se consigan con la gente y no en los pasillos de las oficinas, una reforma que derrote a los profesionales de la simulación que denunciaba Carlos Alberto Madrazo y premie la cultura del esfuerza de la que hablaba Luis Donaldo Colosio.

Una reforma para hacer auténtica política, que refería Jesús Reyes Heroles, que es la que puede cambiar y la que puede transformar, que la vocación individual coincida con el quehacer colectivo, pues solo la auténtica vocación política hace que se puedan sentir los intereses de una colectividad, como propios de cada uno.

Una reforma, donde nunca más se tenga un partido sin militancia, ni una militancia sin dirigencia, una reforma para refrendar nuestro proyecto de nación, una reforma con la misión de construir el PRI del Siglo XXI y con la visión de consolidarlo, como el mejor Partido de nuestro país.

No voy a aclarar lo que ya es una realidad, el verdadero partido satélite de México, es Morena, porque gira alrededor de una sola voluntad y eso lo sabemos todos.

Hay quienes aplauden al gobierno por reflejo condicionado, en cambio a nosotros nos corresponde una posición constructiva, competitiva, fuerte en ética, con carácter y con categoría política, la oposición más digan de la historia de este país inquebrantable en sus principios e indestructible en su valor democrático.

Una oposición que triunfe moralmente por sus ideas y electoralmente por la fuerza de su militancia y por la fuerza de los ciudadanos, diálogos públicos con todos y acuerdos oscuros con nadie, que quede muy claro.

Los priistas tenemos que lograr que los mexicanos volvamos a creer fuerte en nuestro país, hay quienes quieren un México de pobres, nosotros preferimos un México, donde todos tengan la oportunidad de salir adelante, nuestros hermanos indígenas, las mujeres y los hombres del campo, los hermanos del mar, de la industria y del comercio, así como los sectores de la salud y de la educación.

Hay que tener claro que México ha cambiado y los políticos tienen que cambiar, las recetas del pasado, ya no sirven en el presente y menos para el futuro; temas como la seguridad pública del país, el crecimiento económico y el desarrollo social, son fundamentales.

El México del mañana, no puede ser este, marcado por los homicidios la incertidumbre económica y la pobreza, es una realidad que no puede ser la de los próximos años, más allá de los colores de cada quien, hay un gris en el cielo nacional que tenemos que aclarar con el trabajo y el esfuerzo de todos los mexicanos, con el talento y la capacidad de todos pero sobre todo con el amor que le profesamos a nuestro país.

En defensa de los derechos y libertades políticas de todos los ciudadanos el PRI se colocara siempre de parte de los organismos y de las instituciones que protegen a los mexicanos de las tentaciones autoritarias que pretenden cancelar nuestras libertades.

Por ejemplo: nuestro sistema electoral, profesional y moderno, ha recibido distinciones y reconocimientos a escala internacional por su independencia, transparencia y capacidad de garantizar el libre ejercicio del derecho al voto.

No permitiremos que se atente contra su autonomía, como tampoco respaldaremos figuras jurídicas, que parecen democráticas pero que son todo lo contrario, como la revocación del mandato, el PRI no la respalda y no la vamos apoyar.

Por sus orígenes y por votación, el PRI tiene que ser el partido que represente la voz de nuestros campesinos, de nuestros trabajadores y de las clases medias de nuestro país, el gobierno prometió bienestar y seguridad y ha sido incapaz de honrar esas promesas.

No respaldaron, ni le cumplieron a los grupos vulnerables, no apoyaron programas para jóvenes y lastimaron a nuestras mujeres, la economía no crece, se pierden fuentes de empleo, los fertilizantes no llegan a los campesinos y las clases medias viven en medio de la incertidumbre.

Ya nadie, hoy se siente protegido por un Estado que ha sido rebasado, el PRI, no solo sabe ni debe de anunciar ese abandono y ese atropello, sino también debe franquear políticas y acciones que aseguren el bienestar de nuestra gente.

La crítica no basta; la gente quiere ori propuestas y que la clase política trabaje para ellos; que los partidos trabajen para ellos y que no se sirvan de ellos.

El PRI responderá a esa exigencia con toda su capacidad, con todo su compromiso y con toda la entrega de nuestro partido, para luchar por nuestro pueblo.

Temas muy sensibles para la sociedad son: la cancelación de las estancias infantiles y de importantes programas sociales como el Prospera y el Seguro Popular. Son causas de la gente y, por ello, son causas de nuestro partido. Y por eso vamos a luchar con todo para que las vuelvan a restablecer.

Que no quede ninguna duda, ahí vamos a estar, en defensa de nuestra gente, con una oposición muy firme, frente a las cancelaciones de programas que agravan a nuestro pueblo y que agravian a la gente.

Hoy, en el campo viven los más pobres de los pobres; su causa es nuestra causa, su lucha es nuestra lucha. No queremos más zonas indígenas sin medicinas, sin doctores, sin carreteras y sin oportunidades.

Millones de obreros ven con temor el futuro y por eso vamos a estar junto con ellos, para proteger sus derechos, con toda la fuerza de nuestro partido.

En defensa de México, sembraremos las nuevas banderas de nuestra lucha social; encauzaremos un movimiento político contemporáneo, tradicional en sus valores, pero moderno en sus causas. Un partido tecnológico, digital; un partido abierto a los jóvenes, a las mujeres; un partido que levante la voz, pero que de manera inteligente y estratégica construya propuestas y proyectos para volvernos a ganar la confianza de los ciudadanos.

El partido con más historia en México, le abre la puerta al presente y al futuro. Los priistas hemos hecho mucho por este país y todavía queremos hacer más.

De frente a ustedes, quiero decirles que soy en esencia el mismo joven que se afilió al PRI hace prácticamente 30 años.

No cambie ayer, no cambiaré mañana. Y que quede muy claro: no llegamos a este acto histórico con el rostro bajo, la mirada esquiva o la voz titubeante. Aquí hay carácter, aquí hay trabajo, aquí hay orgullo y aquí ¡vamos a volver a ganar!

Que no se confundan los analistas, que no magnifiquen nuestros adversarios y nuestros detractores. El PRI perdió la elección presidencial, pero aquí está más vivo que nunca, por la fuerza de su democracia interna, por nuestro carácter y por nuestro orgullo.

Detrás de cada uno de los diputados y senadores de nuestro partido, está toda la fuerza de la representatividad popular.

Hoy por hoy somos el partido político que más estados gobierna; somos el partido político que más municipios gobierno; somos el partido político histórico de México, que construyó las instituciones del siglo XX. Pero somos el partido político que sabe cómo y tiene con qué, vamos a construir el siglo XXI, para un México de oportunidades.

Son los legisladores y nuestros gobernadores que nos prestigian con su trabajo. Al igual que ellos, nos gusta ganar, a los priistas nos gusta ganar, y por eso vamos a volver a ganar.

Cuando más oscuro está el país, es cuando más se necesita la luz del PRI.

No espero nada de mis adversarios, pero espero todo de nuestra militancia. Los priistas todo lo podemos; lo que menos podemos hacer es rajarnos.

Compañeras y compañero de partido:

Llegó la hora y el momento de demostrar de qué estamos hechos los priistas. Nada ni nadie nos va a regalar nada; nadie va a hacer por nosotros lo que nos toca hacer.

Hoy la patria demanda el llamado de nuestro partido. Este es el día más feliz de mi vida: el dirigir al PRI, el estar aquí con ustedes, el construir un partido que vuelva a ganar las elecciones.