El operativo en Culiacán “no debió ser”, admite Alfonso Durazo


CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- “Culiacán es un operativo que no debió ser”, reconoció el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, ante las comisiones de Seguridad Pública y Bicamaral de Seguridad Nacional del Senado de la República.

“No estaban las condiciones de inteligencia, ni las condiciones operativas suficientemente maduras para haberlo llevado a cabo”, aceptó el funcionario federal, luego de los cuestionamientos de los legisladores sobre el operativo de hace tres semanas en Culiacán, Sinaloa, que finalizó con la liberación de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

A las preguntas sobre quién ordenó la liberación del narcotraficante, el titular de la SSPC, quien estuvo acompañado por el secretario de Marina (Semar), Rafael Ojeda Durán, y el jefe del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), general Homero Mendoza, dijo que nunca se realizó una detención formal, sino sólo una detención material del presunto delincuente, porque nunca se contó con la orden de cateo para poder ingresar al domicilio.

“Nadie decidió liberar a Ovidio. Nunca contamos con la orden de detención, porque en el momento que ésta se plantea en las instancias correspondientes, empiezan las movilizaciones en Culiacán y rápidamente aquello se volvió inmanejable”, apuntó.

Sin embargo, dijo, la instrucción del retiro del personal y de no continuar con la captura, por el riesgo de más pérdidas de vidas humanas, fue de común acuerdo entre el general Luis Crescencio Sandoval, titular de la Sedena; el almirante Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina, y “un servidor”.

“Hubo comunicación con la Secretaría de Gobernación, toda vez que integra el gabinete de seguridad, sin embargo, debo agregar aquí que, en virtud de haber sido convocados a una reunión en Oaxaca, coincidimos los secretarios de Sedena y Semar, y ahí mismo nos constituimos para atender lo de Culiacán”, explicó.

Durazo, quien entregó a la Mesa Directiva un reporte detallado sobre el operativo “fallido”, sostuvo que el gobierno federal “no negoció absolutamente con nadie”, que la DEA no intervino, aunque la movilización respondió a una orden de aprehensión con fines de extradición de un juez en Estados Unidos, y el presidente Andrés Manuel López Obrador –reiteró– no estaba enterado de la operación hasta que se salió de control.

De acuerdo con el secretario, luego de Culiacán se tienen que revisar y ajustar los protocolos de actuación para evitar que se precipite una acción de esa magnitud y, sobre todo, el protocolo para recibir la autorización de un superior, en referencia al Grupo de Análisis de Información contra el Narcotráfico (GAIN), y que esto no se vuelva a repetir.

“No porque un grupo tenga experiencia y tenga en su currículo un amplio inventario de éxitos, de detenciones exitosas, puede ponerse al margen de la cadena de decisión”, dijo.

Añadió: “Nosotros no tenemos nada que ocultar, hay protocolos que en este caso no se siguieron y eso es parte del problema, y la consecuencia es que hay una investigación de carácter militar y por parte de la Fiscalía General de la República, porque tenemos el interés de saber qué es lo que sucedió”.

Luego de que las legisladoras y legisladores le preguntaran en reiteradas ocasiones sobre la estrategia de no detener a los líderes de los grupos delincuenciales, Durazo señaló que, si bien ya no es la prioridad en la estrategia de seguridad, el gobierno, subrayó, debe garantizar la detención de los delincuentes.

“La estrategia consiste en no detener capos, lo cual no quiere decir que no se vaya a detener a los capos. Hay trabajo de inteligencia y hay órdenes de aprehensión y solicitudes de extradición (que se tienen que cumplir)”.

Y en otro momento puntualizó: “Hemos dejado atrás los tiempos en que la letalidad indiscriminada, el daño colateral y la falta de respeto a los derechos humanos fueron moneda corriente”.

Durante la comparecencia, la senadora panista Indira Rosales San Román entregó a Durazo un muñeco de Pinocho, mientras sus compañeros desplegaban un enorme cartel con un dibujo del muñeco y una pancarta con el hashtag “#DejenDeMentir”.

“Es lamentable ver este tipo de shows mediáticos cuando se terminan los argumentos”, criticó la senadora Lucy Mesa, de Morena, y luego puso un fragmento de un discurso de Felipe Calderón en el que aseguraba que la guerra contra las drogas es “una lucha que vale la pena librar”.

“Fue una estrategia fallida y basada en la pérdida de vidas humanas que este gobierno no comparte”, remató Mesa.

Por su lado, senadores de Morena mostraron un cartel de gran tamaño con una caricatura de Calderón con uniforme militar y la leyenda: “Soy un patriota: Pinté a México de verde y rojo”.

En su turno, el senador sin grupo parlamentario Emilio Álvarez Icaza preguntó a Durazo: “¿qué entiende por dignidad? ¿Por qué no ha renunciado?”, a lo que el sonorense respondió:

“Estos puestos ni se buscan ni se renuncian. Una vez que se asume la responsabilidad hay que cumplir en los mejores términos con ella. Si llegado el momento no hay posibilidades de seguir aportando de manera eficaz, transparente, honesta y comprometida, tampoco tengo problema en retirarme”.