Culiacán, Sinaloa.- Con una prolongada salva de aplausos tanto del público como de diputadas y diputados, el Congreso del Estado aprobó por unanimidad este jueves actualizar el monto de la pensión de Marthita Arredondo Sandoval, Jefa del Departamento de Proceso Legislativo, en reconocimiento a sus 62 años de labores ininterrumpidos para el Poder Legislativo.
Quien es reconocida como “Diputada número 41” por su experiencia y conocimientos adquiridos, escuchó emocionada los prolongados aplausos cuando se leyó en el Orden del Día que se iba a discutir el dictamen que le modificaba su pensión, como un acto de justicia y un reconocimiento a su trayectoria, y que culminó con una foto histórica acompañada de las diputadas y diputados de la 65 Legislatura.
También escuchó emocionada como diputadas y diputados de distintos partidos expresaban en tribuna, sin leer a veces, palabras de amor y reconocimiento a su persona. Y observaba como desde un auditorio casi lleno brotaban aplausos para ella.
Sentada en su lugar de siempre en la Mesa Directiva, su mirada la dirigía a quienes desde tribuna se dirigían a ella. Veía desfilar oradoras y oradores en tribuna, y seguramente esas imágenes se entremezclaban con muchas otras de otros tiempos, almacenadas en su memoria.
Figura central en el inicio de la Sesión Ordinaria de este jueves 05 de diciembre de 2024, Marthita también recibió rosas y posó una y varias veces para la foto del recuerdo con legisladores y legisladoras de todos los colores partidistas, quienes con palabras y abrazos le dieron el adiós.
En el dictamen se precisa que la “Diputada Marthita” se jubiló hace 26 años, pero continúa laborando para el Congreso del Estado bajo la modalidad de “contrato”.
Durante la lectura del dictamen, antes de ser aprobado, el público, diputadas y diputados estuvieron aplaudiendo intermitentemente.
En los considerandos del dictamen se establece lo siguiente:
“En relación al tiempo laborado de manera extraordinario, es que se solicita ajuste de pensión por jubilación, toda vez, que actualmente la C. Martha Guadalupe Arredondo Sandoval, viene percibiendo un sueldo mensual por la cantidad de $29,495.24 neto, es decir, durante más de 20 años, se le ha garantizado un ingreso suficiente para satisfacer las necesidades básicas de la familia, tal como dispone el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a decir, sin ese ingreso existiría una afectación ya que estaría en condiciones de no satisfacer al menos las necesidades básicas, siendo ella el soporte económico de su familia”.
En consideración de lo anterior se dictamina que:
“Se modifica el monto de la pensión por jubilación de $9,528.09 mensuales, aprobada mediante Decreto Número 591 publicado en el Periódico Oficial «El Estado de Sinaloa», No. 124, Primera Sección, de fecha viernes 16 de octubre de 1998, para otorgar la cantidad mensual correspondiente a $55,000.00 pesos mensuales a favor de la C. Martha Guadalupe Arredondo Sandoval”.
En esta Sesión, que resultó sumamente emocionante para Marthita, no sólo acudieron exdiputados y exdiputadas, que le conocieron, sino también amistadas y su única hija Martha Isabel López Arredondo y su nieta Jimena María Reyes López.
Asimismo, asistieron sus hermanas y hermanos María Eugenia, Angélica María, José Alfredo, Ana Cecilia, Jesús Adán, Isabel Cristina, Jorge Luis, Javier, Ana Cecilia.
Martha Guadalupe Arredondo Sandoval nació el 26 de enero de 1947 en un pequeño ranchito, Majoma, del municipio Salvador Alvarado. En la ciudad de Guamúchil estudió primaria, secundaria y una carrera técnica de secretariado, pues como era común en esa época, las jovencitas de escasos recursos aspiraban a ser secretarias, y este objetivo lo logró con creces porque fue, y en los hechos lo sigue siendo: “Secretaria Parlamentaria del Congreso del Estado de Sinaloa”.
Al empezar a trabajar en el Poder Legislativo, cuando apenas era una adolescente de 15 años, lo primero que aprendió a hacer fue a enviar telegramas a diputadas y diputados, pues no había teléfonos y mucho menos internet.
Al paso de los años aprendió a elaborar iniciativas de ley, a dictaminar y toda una gama de actividades que ahora son hechas por áreas especializadas. Incluso le costó trabajo, pues se rehusaba, el utilizar las computadoras y luego el internet.
En entrevista previa, expresó:
“Cuando empecé a trabajar en el Congreso, yo me decía que no iba a trabajar 30 años, se me hacían muchos. Pero cuando cumplí 30 años, me dije que podía quedarme otros 15 años. Pensé en durar 45 años, que se me hacían muchos, pero ni sentí cuando pasaron.
“Ahorita ya tengo qué pensar en que me tengo que ir. Mira. Ya no puedo ser la misma persona de hace 30 o 20 años. Ya no. Yo, mira, subía las escaleras corriendo allá en el otro edificio. Bajaba y subía como si nada. Ahorita qué esperanzas que lo haga. Ya no lo puedo hacer.
“Entonces yo pienso que cualquier día. Ya es tiempo de irme. Ay, que Dios los bendiga. A mí me va a poder más irme que a los demás, pero tengo que irme”.