Una vez que ese fenómeno se disipe, este mes o en el mes de agosto, aumentará la probabilidad de formación de huracanes de fuerte intensidad.
El fenómeno de El Niño es el responsable de las intensas precipitaciones que se han presentado en las últimas semanas en el centro, sur y poniente de Yucatán, pero también genera condiciones climáticas atípicas en el oriente, donde las lluvias han sido escasas a diferencia de otros años y también tendría que ver con la temporada de huracanes prevista este año que serían de 13 meteoros.
De igual manera, especialistas alertaron acerca de que una vez que ese fenómeno se disipe, este mes o en el mes de agosto, aumentará la probabilidad de formación de huracanes de fuerte intensidad y de trayectoria errática.
Sobre el tema, el director de Protección Civil del Gobierno de Yucatán, Enrique Alcocer Basto, sostuvo que uno de los efectos de El Niño, por ejemplo, fue que la temporada de lluvias comenzó a finales del mes de junio con torrenciales aguaceros, pero después vino un par de semanas de sequía y de altas temperaturas.
Otro de los efectos de este fenómeno fue que este año la ciudad de Mérida rompió récord de días con temperaturas por arriba de los 37 grados centígrados, el cual se había producido en los años 1986 y 2011 con 28 días consecutivos, lo que además confirma los efectos del cambio climático.
Señaló que en 2002, año del huracán Isidoro, se presentó El Niño, por lo que «hay que estar más atentos al desarrollo de la temporada, pues se pueden presentar meteoros más fuertes y con difícil pronóstico en la dirección de su trayectoria».
«El Niño se disipará este mes en agosto, entonces aumentará la probabilidad de que se formen huracanes de forma acelerada y continua en septiembre, octubre, y noviembre. Rememoró que en el año 2005 hubo 30 huracanes, dos de los cuales impactaron a Quintana Roo y el oriente de Yucatán», dijo.
Fuente: El Mañana