Sinaloa al Día por Juan Manuel Pineda
Tanto en la cadena de prestadores de servicios como en las instancias oficiales, hay claridad y certeza de que el turismo es una de las alternativas para detonar el desarrollo socioeconómico en las diversas regiones del país.
Y es que, usted estará de acuerdo, en esta actividad –la llamada “industria sin chimeneas”- no todo es sol, mar y arena. No, hay destinos diversos y para todos los gustos, incluso necesidades.
En el caso de Sinaloa, no hay duda: Mazatlán es el destino turístico por excelencia, de ahí que gran parte de los esfuerzos e intereses se concentren en esa región.
Por muchas razones, en los últimos años la actividad turística en Mazatlán no ha sido del todo satisfactoria pese a los millones de pesos invertidos, principalmente en la promoción del destino en el mercado focalizado de los Estados Unidos y Canadá.
Entre algunos de los factores que han limitado el desarrollo turístico, están la inadecuada conectividad, aérea y terrestre principalmente, la falta de atractivos que le ofrezcan un plus a los visitantes, así como los añejos pleitos de transportistas.
A eso agréguele problemas como la inseguridad, la cual fuera de las fronteras se han encargado magnificar para provocar el retiro de cruceros que eran una especie de “salvavidas” para los comerciantes, transportistas, restauranteros, entre otros beneficiarios, tanto del área urbana como de los pueblos aledaños al puerto.
Quiérase o no, hay diferencias marcadas en cuanto a la atractividad de los diferentes destinos turísticos del país pero, a la vez, son fortalezas según se sepan explotar.
En lo que se refiere a Mazatlán, los especialistas coinciden en que es el único destino de sol y playa que tiene condiciones inexplotadas al máximo: la infraestructura para eventos culturales.
En la pasada administración gubernamental se promovió la marca “Mazatlán, capital cultural de sol y playa de México”, pero desafortunadamente no ha tenido el seguimiento adecuado.
Sin duda, todos los destinos turísticos -estén donde estén- requieren planeación estratégica de corto, mediano y largo plazo. Eso lo saben muy bien los especialistas.
Si en el ámbito oficial tienen realmente interés en el desarrollo socioeconómico derivado de esta actividad, valdría la pena dar un giro y explorar la organización de eventos de todo tipo y de alto nivel, cuya frecuencia permitan una permanente afluencia de visitantes: Una especie de PPV turístico.
Hace algunos años, no muy lejanos, por cierto, las autoridades del Consejo Mundial de Boxeo difundieron un proyecto: convertir a CANCUN en la capital mundial del llamado deporte de las “orejas de coliflor”.
El objetivo planteado fue hacer de ese destino turístico en el sureste mexicano, en una región que compitiera con lugares como Las Vegas, Los Ángeles o Nueva York, en la realización de veladas boxísticas del más alto nivel.
Retomar la idea no estaría mal; en Mazatlán ya se han tenido muchas experiencias de lo que significa, en materia turística, la organización de eventos importantes como el Triatlón Pacífico, la Semana Nacional de la Moto, eliminatorias volibol de playa para juegos olímpicos, espectáculos artísticos, convenciones diversas, entre otros.
Promover, organizar y realizar eventos diversos con base en la planeación estratégica, le darían a Mazatlán un plus como destino de talla nacional e internacional, en la búsqueda de un flujo continuo de visitantes de tal forma que sea un lugar con permanente temporada alta.
Se requiere creatividad, innovación y voluntad de las partes involucradas, pero sobre todo dejar al margen protagonismos, grillas y actitudes “gandallas”.
Es la hora de que el turismo en Mazatlán, en particular, y en todas las regiones con esa vocación en Sinaloa, tenga de su lado a la política útil, a la política cuya esencia es la mejor oportunidad que alguien puede tener para servir a los demás.