‘No se rescata al campo eliminando los programas productivos’, dicen organizaciones del campo mexicano sobre presupuesto para 2020


Este es el posicionamiento de las organizaciones del campo mexicano.

Estado fuerte, no Estado ausente. Coincidimos con lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2019 – 2024 (PND) en el sentido de que, el Estado mexicano debe recuperar su fortaleza como garante de la estabilidad y articulador de los grandes propósitos nacionales. Por eso, nos resulta preocupante que en el PPEF 2020 se ajuste drásticamente el Presupuesto para el Campo porque ello significa el riesgo de pasar de un estado mínimo a un estado ausente e irresponsable ante la pobreza.

No al trato inequitativo a la población rural. En el campo mexicano vive el 25% de la población y al campo sólo se le asigna el 5.4% del gasto total, en donde viven y trabajan los más pobres de los pobres.

Necesitamos programas sociales, pero también programas productivos. Damos la bienvenida a los programas sociales que contribuyen a superar las condiciones de pobreza y marginación. No obstante, es necesario fortalecer esquemas de inclusión productiva.

Por ello, resulta grave la drástica reducción que se propone a los programas con impacto productivo operados a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), cuyo presupuesto se reduce de 65,434.9 mdp en 2019 a 46,253.1 mdp en el PPEF 2020, lo que significa una disminución de 29.3%. De no corregirse ésta propuesta, el país enfrentará una pronunciada caída de la producción agropecuaria y un marcado desequilibrio en la balanza comercial agropecuaria, así como, una disminución en los ingresos de los productores rurales, además de deteriorar las condiciones de vida y estabilidad social en el medio rural.

No se rescata al campo eliminando los programas productivos. Respaldamos el propósito expresado en el PND cuando se afirma que el gobierno federal se ha propuesto como uno de sus objetivos romper el “círculo vicioso entre postración del campo y dependencia alimentaria” y por ende impulsar la autosuficiencia alimentaria y el rescate del campo. Eliminar o reducir los Programas Productivos resulta contrario al Plan Nacional de Desarrollo y los compromisos asumidos por el Presidente de la República.

Solucionar de raíz el problema de la migración. Cumplir este propósito exige generar las condiciones económicas y sociales que permitan arraigar a la población en su tierra. En el campo eso se logra con esquemas de financiamiento, asistencia técnica, capacitación y apoyos al cultivo, producción y comercialización, medidas sanitarias y esquemas de aseguramiento, mismos que se ven afectados en la propuesta presupuestal. Un campo trabajando reconstituye el tejido social.

Los riesgos en el campo son riesgos del país. Hoy más que nunca el campo enfrenta riesgos que requieren atención y recursos. México es pionero en la administración de riesgos para su campo, protegiendo siempre a los pequeños productores en esquemas de coordinación entre los gobiernos federales y estatales. El mundo es testigo de las devastadoras consecuencias del cambio climático.
Por ello, como país no podemos escatimar recursos para prevenir y combatir cualquier riesgo, en materia climatológica, sanitaria, mercados, entre otros.
Están en juego las condiciones de vida de millones de campesinos, pero también la producción sustentable y el abasto de productos básicos para la población.

Cooperación, no confrontación. Las organizaciones firmantes hemos pugnado por el desarrollo sectorial y regional con proyectos productivos que integren las diferentes modalidades de tenencia de la tierra, su capacidad productiva, con un papel determinante en el reparto y solución de conflictos agrarios y de agua, generando estabilidad y paz social. En este sentido, resulta fundamental trabajar con recursos suficientes por un campo ordenado con seguridad jurídica para todos los que vivimos en el sector rural.

Por ello, confiamos que, mediante el diálogo constructivo con las autoridades, los legisladores federales y las organizaciones de productores, lograremos generar los acuerdos que permitan, por encima de colores políticos, reconstruir el presupuesto para el campo en beneficio de la población más vulnerable y de la estabilidad social y política del país. De cara a los retos del país y en un entorno internacional complejo, México demanda de todos los actores cooperación y no confrontación.