Al pensar en el cáncer de colon, probablemente des por hecho que es una enfermedad de abuelos, pero una alarmante nueva investigación muestra que el índice está creciendo rápidamente entre adultos jóvenes. Si naciste en 1990, tienes el doble de riesgo de tener cáncer de colon y cuatro veces más de tener cáncer de recto en comparación a alguien nacido en torno a 1950, según dice un estudio de 2017 publicado en el Journal of the National Cancer Institute.
“Estamos desconcertados y perplejos con eso”, dice Mark Pochapin, doctor en medicina, profesor y director de la división de gastroenterología y hepatología del NYU Langone Health.
Lo que es aún más preocupante: el estudio descubrió que las personas menores de 55 años tienen casi un 60% más de posibilidades de ser diagnosticada con una enfermedad en una fase más avanzada que otros adultos. “Cuando un chico de 25 años se queja de que hay sangre en sus heces o de que ha tenido cambios repentinos en sus hábitos intestinales, rara vez su médico de cabecera piensa que pueda ser cáncer y no pide pruebas de detección que puedan diagnosticar el problema, como es una colonoscopia”, explica Edith Mitchell, doctora en medicina y directora del programa de oncología gastrointestinal en el Sidney Kimmel Cancer Center del Jefferson Health de Filadelfia. “Como resultado, no se diagnostican hasta una etapa muy avanzada, pero es increíble la cantidad de pacientes jóvenes que tenemos ahora. Diría que ahora el 40% de mis pacientes están por debajo de los 50 años”.
El cáncer de colon o de recto en adultos jóvenes a menudo es atribuido a otros riesgos como son las enfermedades de inflamación intestinal (enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa) o un síndrome genético hereditario como el de Lynch. Pero los expertos dicen que en muchos jóvenes a los que ven, no se sabe bien por qué ocurre.
“El aumento del índice de enfermedades colorrectales en adultos jóvenes ha ido en paralelo con el aumento de la epidemia de obesidad, por lo que es razonable pensar que ese es un factor”, explica David Liska, doctor en medicina y cirujano colorrectal en la Cleveland Clinic. “Muchos de estos factores de riesgo para la obesidad también son factores de riesgo para el cáncer de colon, como lo es una dieta alta en grasas que incluya altas cantidades de carnes rojas y pocos vegetales, así como tener una vida sedentaria, pero estoy viendo a muchos pacientes jóvenes con un peso normal que tienen un estilo de vida saludable, por lo que debe haber otras razones”.
Una teoría es que los cambios en el microbioma ‒las bacterias de nuestro sistema digestivo‒ también podrían ser un factor. “Los adultos jóvenes podrían haber estado expuestos a muchos antibióticos cuando eran niños y comen más alimentos procesados de los que comieron sus padres”, señala Pochapin. “Eso, a su vez, podría haber alterado sus bacterias intestinales contribuyendo al crecimiento de células cancerígenas”.
Esto es lo que puedes hacer para protegerte:
Conoce tu historia familiar
Según un estudio publicado en 2015 en el Journal of Clinical Oncology, hasta el 35% de las personas de menos de 35 años que son diagnosticadas con cáncer de colon tienen una mutación genética, en comparación con alrededor de un 5% de todos los casos de cáncer colorrectal. “Hay cada vez más evidencias de que el cáncer colorrectal en personas jóvenes puede ser genéticamente diferente al cáncer colorrectal en adultos mayores”, agrega Liska. Las dos principales enfermedades familiares que aumentan el riesgo de cáncer colorrectal son la poliposis adenomatosa familiar (PAF), en la cual cientos de pólipos cubren el interior del colon, y el síndrome de Lynch, pero puede haber muchas otras mutaciones genéticas que aumentan el riesgo de cáncer de colon que aún no conocemos, señala Liska.
Si tienes una historia familiar ya sea de cáncer de colon o de pólipos en el colon, entonces deberías consultar a un asesor genético, recomienda Joy Larsen Haidle, portavoz del National Society of Genetic Counselors. Ellos pueden determinar si tiene sentido que te hagas un test genético para ver si tienes una de las mutaciones genéticas más comunes que causan cáncer.
Mantén un peso saludable
De acuerdo a una reseña publicada en el International Journal of Cancer en 2018, las personas de 30 años con sobrepeso tienen más posibilidades de desarrollar cáncer de colon en la etapa más avanzada de su vida. Otro estudiopublicado en 2018 en JAMA Oncologydescubrió que las mujeres de entre 20 y 40 años con sobrepeso y obesas tenían hasta el doble de riesgo de desarrollar cáncer colorrectal antes de los 50, en comparación con las mujeres con un peso normal.
También es importante comer una dieta rica en frutas, vegetales y granos integrales con poca carne roja o procesada, añade Pochapin. Se ha demostrado que estos pasos disminuyen el riesgo de sufrir cáncer de colon, así como hacer ejercicio de forma regular, no fumar y limitar el consumo de alcohol.
Asegúrate de estar al día con las revisiones
La Sociedad Estadounidense del Cáncer ahora recomienda que todos los adultos comiencen a pasar revisiones por el cáncer de colon a los 45 años. Si bien lo ideal es hacer una colonoscopia ‒una prueba en la que el doctor utiliza un tubo flexible con luz para buscar pólipos en tu recto y tu colon mientras estás sedado‒, también puedes hacer un test en casa conocido como prueba inmunoquímica fecal (PIF), la cual detecta sangre oculta en las heces (solo recuerda que si el test sale positivo, tendrás que hacer una colonoscopia).
Pero si tienes una historia familiar de cáncer de colon, entonces tienes que hacerlo antes: “Recomendamos hacerlo a los 40 años o 10 años antes de los que tenía la persona más joven de tu familia a la que se le haya diagnosticado cáncer”, explica Pochapin.
Escucha a tu cuerpo
Los adultos más jóvenes en ser diagnosticados con cáncer de colon primero lo desarrollan en la parte inferior del intestino, lo cual se manifiesta a menudo con un sangrado rectal, señala Pochapin. “Cualquier sangrado rectal debería ser tomado en serio y requiere una colonoscopia”, subraya.
Pero también debes estar alerta frente a cualquier cambio en el funcionamiento de los intestinos, es decir, diarrea o estreñimiento que dure varios días. “Uno de los signos más comunes es que las heces sean más finas y estrechas, casi como si fuera un lápiz”, añade Pochapin. “Esto se debe a que el cáncer de colon comienza a estrechar el interior de los intestinos”.
Si sientes que tu médico ignora tus preocupaciones, busca una segunda opinión. “Una paciente de 15 años se quejó de síntomas durante varios meses y le dijeron que eso se debía a que había comenzado a menstruar”, dice Mitchell. “No fue hasta que acabó en una sala de urgencias que requirió de una cirugía inmediata debido a que no se le diagnosticó correctamente”.