Cientos de parejas portando rifles AR-15 se congregaron este miércoles en una iglesia de la Unificación en Pensilvania (EEUU) para una ceremonia en la que bendecían sus uniones.
Los parroquianos, quienes llamaban a sus armas «barras de hierro», dicen que éstas los ayudan a evitar tiroteos y a protegerse del «mal».
Por el evento, una escuela cercana a la iglesia suspendió las clases por la gran cantidad de armas que había en lugar.
El colegio alegó que la zona era peligrosa y, tras el antecedente de la masacre de Florida, decidió que ese día no haya clases.
John Paul Harris, de 68 años y oriundo de la ciudad vecina de Scranton, lleva un gorro de béisbol de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby de las armas en Estados Unidos, de la cual es «un orgulloso miembro vitalicio».
«Espero no tener que usarlas nunca contra otro ser humano», dice. «Pero en todos los lugares de este país donde las leyes sobre armas son más estrictas, la criminalidad está en sus máximos niveles», asegura.
Con su culto de las armas, la Iglesia del santuario tiene a veces aires de milicia armada.
«Creemos en una policía de la paz, una milicia de la paz», confirma uno de sus benévolos, Kyle Toffey. Pero «precisamos centrarnos en Dios cuando estamos armados», afirma.