Entrelíneas por Eduardo Valdez Verde
¿Cuántas veces hemos escuchado o leído esa trillada frase en boca de funcionarios estatales o federales? Imposible recordarlo, pero cada que se comete un crimen de los llamados de «alto impacto», sale algún funcionario del área de seguridad o de procuración de justicia a dar las condolencias a la familia y a repetir sin convencer, que el crimen no quedará impune.
El tiempo, por desgracia, nos demuestra todo lo contrario. Este martes, tras el homicidio de Alberto Angulo Gerardo, periodista sonorense que había acudido a un velorio en Angostura, el subprocurador de Justicia, Martín Robles, repitió las mismas vaguedades que se dicen en este tipo de hechos.
«Estamos investigando». “Este lamentable hecho no quedara impune», «Apoyaremos a la familia», y una serie de frases que de tanto repetirlas terminan por gastarse.
Resulta irónico que horas después de este homicidio cometido por un grupo armado que con toda impunidad instala retenes en las carreteras y caminos de Angostura, el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, diga en la tribuna del Congreso del Estado que Sinaloa no está solo en su lucha contra la delincuencia.
“Resulta inaceptable que una minoría de mentes perturbadas pretenda cooptar las libertades de nuestros ciudadanos. Ante este cáncer deben estar seguros que no están solos, sus autoridades y fuerzas armadas trabajan con esfuerzos conjuntos para enfrentar puntualmente esta sensible problemática”, dijo Cienfuegos ante un público compuesto en su mayoría por funcionarios públicos que le obsequiaban generosos aplausos.
Habría que preguntarle a la familia del periodista asesinado que opinan de qué grupos armados instalen retenes en las carreteras y no solo impidan el libre tránsito, sino que disparen contra aquel que cometa la osadía de no detenerse.
¿En realidad los ciudadanos no estamos solos? Los hechos nos dicen que sí, que hay zonas donde, son los delincuentes los que tienen el control.
Desde la sierra hasta la costa, es notoria y hasta ofensiva la presencia de grupos armados que con sin la complacencia de las autoridades se mueven con total libertad e, impunidad.
Hace falta algo más que discursos encendidos y letritas doradas en un muro, para convencemos de que las autoridades civiles y militares están haciendo un buen trabajo por proteger a la ciudadanía y evitar que se sigan cometiendo crímenes arteros como el de Alberto Angulo Gerardo; cuyo único «delito” fue acudir a un velorio a Angostura y no hacer alto en un retén de gente armada que quería despojarlo de su vehículo.
LIBRETA DE APUNTES
SE PUEDE entender que las lluvias causaron daños en la infraestructura pública, lo que no se puede entender es la tardía reacción de las autoridades para reparar tantos semáforos en mal estado que son causa de desorden vial y accidentes. A eso agréguele que los agentes de tránsito están en todas partes menos en los puntos de conflicto.