No legislan, pero como se divierten


Entrelíneas por Eduardo Valdez Verde

Lo dicho: para nuestros funcionarios públicos no hay crisis. Esa palabrita que anda de boca en boca para ellos es desconocida. Vea usted si me equivoco o tengo un poco de razón.  A partir de ayer los diputados locales prácticamente  bajaron la cortina y se despidieron hasta nuevo aviso (muchos ya tenían las maletas hechas desde el fin de semana).

Regresan a sesionar por allá hasta el martes 3 de septiembre. ¿Motivo? Además de las pocas ganas de laborar, los señores y señoras del Congreso se van todo este fin de semana a  la Conferencia Permanente de Congresos Locales (Copecol). Como los gobernadores de todo el país disfrutan de lo lindo la Conago y gastan como magnates petroleros, pues ellos no quisieron ser menos y tuvieron la brillante idea de crear la Copecol que, sépalo usted, se llevará a cabo durante tres días en Acapulco.

Algo me lleva a pensar que los puertos inspiran a los funcionarios públicos y los hacen más productivos, porque unos viajan a Mazatlán, otros a Cancún, a Los Cabos o a Boca de Río, Veracruz, donde en octubre de 2012 se llevo a cabo la primera reunión de la Copecol a la que, por supuesto, acudieron puntuales los legisladores sinaIoenses.

¿Sabe usted cual es el beneficio de estas reuniones? En términos prácticos, no Ie acarrean ni a usted ni a mí ningún beneficio, al contrario. Mientras el común de los ciudadanos corremos de un lado a otro en un inicio de clases que deja los bolsillos «lavados» por tanto gasto, los diputados no tienen empacho en destinar recursos públicos para ir a reunirse con diputados de todo el país, para analizar (según ellos) temas de la agenda nacional.

Cheque el dato: en Ia Copecol realizada en 2012 en Veracruz, entre otros temas analizaron «federalismo renovado». «seguridad púbica», “justicia» y «derechos humanos». ¿Con que se come todo esto?, ¿Cómo se aterriza para que en los estados haya un mejor nivel de vida’? Ni ellos lo saben, porque dichos congresos son para el turismo legislativo, reuniones huecas e insulsas que terminan en tremendas pachangas. Con dinero público, claro.

¿Y sabe qué?, a este viajecito se apuntaron incluso aquellos diputados que habían pedido licencia y Juego regresaron a sus curuIes a seguir cobrando. Si acaso llegan a aprender algo en esta reunión de Acapulco, ya ni siquiera lo podrán aplicar porque a esta Legislatura Ie quedan solo tres meses de vigencia, es decir, prácticamente ya terminó. ¿Sabe usted cuál  es el costo de un boleto redondo Culiacán-Acapulco? Tómese la molestia de preguntar a una agenda de viajes y sabrá que al menos el de Aeroméxico tiene un costo de 9 mil 387 pesos.

Si consideramos que van 100 40diputados, tan solo en boletos de avión se gastarán 375 mil 480 pesos. ¿Y el hospedaje? ¿Y la alimentación?  Ahora bien, no crea usted que van solos. Muchos levan acompañante y por supuesto, el equipo de prensa del Congreso que dará cobertura a este «importantísimo» evento. Súmele además que invitaron a reporteros y columnistas de medios locales, a quienes por supuesto tendrán que cubrirles el pasaje, el hospedaje y la alimentación, como mínimo.

¿Cuál será el costo total para el erario público de esta segunda reunión de la Copecol? Es una pregunta obligada para los legisladores ahora que regresen de las soleadas playas de Acapulco….