Viene otra “guerra” en Ciudad Juárez: jefe sicario


 

Ciudad Juárez, Chihuahua (El Universal). – La paz en Ciudad Juárez está por terminar. Jorge, el hombre que viaja en el asiento del copiloto, está involucrado en el fin de los tiempos de paz.

Un viejo que se hace respetar dentro del Cártel de Juárez, por ser casi un miembro fundador y quien ahora sólo conserva los contactos de su vida pasada por amistad, me contactó con Jorge. En el último año, este jefe de La Línea (brazo armado del Cártel de Juárez) y yo nos hemos encontrado siempre de la misma manera: yo conduzco y él habla. Sólo así se siente seguro. Hasta hoy, todos los augurios —buenos y malos— que me ha dado han resultados ciertos a corto plazo. Hoy me da otro: “Agárrate, que ahí viene lo bueno”.

En 2013, el diario estadounidense The New York Times publicó un titular que era al mismo tiempo cierto y no: Ciudad Juárez, una frontera conocida por sus homicidios, regresa a la vida, se tituló el artículo que describía cómo esta ciudad se convirtió en la más violenta de América, y ahora, con el regreso de bares, restaurantes y una vida nocturna, además de un notable descenso en el número de homicidios, dejaba atrás aquel pasado de asesinatos y secuestros.

Lo cierto es que de los cientos de establecimientos que cerraron sus puertas en 2010 por miedo a sufrir extorsiones, por amenazas o secuestro de sus dueños, 90% habían regresado para 2013. Las cifras de homicidios descendieron de tres mil en 2010, a 485, una cifra muy alentadora. La parte no cierta es que Ciudad Juárez jamás regresó a la vida.

Desde finales de 2008 y hasta finales de 2012, el Cártel de Juárez y el Cártel de Sinaloa se enfrentaron a tiros en las calles, bares, restaurantes, funerales, iglesias… pero el final de esta guerra fue una frágil tregua y una extinción de sus miembros, como lo explica Gustavo de la Rosa Hickerson, quien fue visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Ciudad Juárez en ese periodo.

“Lo que sucedió fue que se mataron entre ellos. Se murió tanta gente y se dieron tan duro, que parte de que la violencia disminuyera fue por la extinción de sus miembros, y quienes sobrevivieron huyeron”, dijo.

Jorge dice que hubo una tregua: la orden fue seguir trabajando, pero discretos, es decir, no asesinar en lugares públicos.

“Es mentira que Juárez ya cambió. No ha cambiado absolutamente nada, nomás la orden es que seamos más discretos, que no tiremos a la gente en la calle, por eso hay un chingo de cementerios clandestinos. Ahora hay que quemarlos, enterrarlos o echarlos a las alcantarillas”, relata Jorge.

A tres años de aquel titular, la ciudad se vuelve a tensar. Desde el pasado mes de julio la tendencia ha aumentado de un homicidio, en promedio, al día, a 1.6, según estadísticas oficiales. El mes de julio cerró con 13 homicidios reportados, mientras que en septiembre sumaron 20.

Fuente El Universal /ExtraOficial