Alemania, después de resistirse durante semanas, autorizó el envío de armamento al Gobierno de Kiev
No son armas que vayan a desequilibrar una guerra asimétrica entre un invasor, Rusia, que es una de las potencias militares del planeta y un agredido, Ucrania, con unas fuerzas armadas mucho más modestas. El equipamiento militar que, desde hace días y desde este fin de semana con mayor intensidad, las capitales europeas anuncian que suministrarán al Gobierno de Kiev difícilmente cambiará el curso de la operación militar que, por tierra, mar y aire, el presidente ruso Vladímir Putin lanzó el miércoles pasado contra el país vecino.
Pero el envío, por parte de una treintena de países, de armamento a Ucrania sí puede complicar las cosas al invasor ruso en sus planes para derrocar al presidente legítimo, Volodímir Zelenski. Y, en palabras de una fuente de la presidencia francesa, puede “encarecer el precio” para Putin de la operación para que “cese las operaciones militares y acepte un alto el fuego que permita retomar el diálogo en condiciones que deberán ser satisfactorias para los ucranios”.
La lista de países contribuyentes se alarga día a día. El sábado se sumó Alemania después de resistirse durante semanas.
El Gobierno alemán ha dado un giro a su política sobre envío de armas a zonas de conflicto a los tres días del inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. El canciller, Olaf Scholz, ha autorizado el suministro de 1.000 misiles antitanque y de 500 misiles tierra-aire Stinger de las existencias de la Bundeswehr (Ejército alemán) para apoyar a las fuerzas armadas ucranias. Las armas se entregarán “lo antes posible”, ha informado este sábado por la tarde el portavoz del canciller.
“La invasión rusa de Ucrania marca un punto de inflexión. Amenaza todo nuestro orden de posguerra. En esta situación, es nuestro deber hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania a defenderse del ejército invasor de Vladímir Putin. Alemania está cerca de Ucrania”, afirmó Scholz al explicar la decisión.
Un par de horas antes se había conocido que el Gobierno autorizaba también a Países Bajos entregar 400 lanzagranadas antitanque de fabricación alemana a una zona de guerra, algo a lo que hasta ahora se había negado en rotundo pese a las críticas de los aliados y las acusaciones de falta de solidaridad de las autoridades ucranias.
Con información de El País