La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseveró que “es tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están fracasando” y exigió: “¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos” .
En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que su gobierno no cambiará su plan contra el crimen “ya que este es el camino” que ha dado resultados positivos en todo el país; además, consideró “ruin” que lo responsabilicen por un asunto del fuero común.
Tres días después del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como del guía de turistas Pedro Palma, el organismo rector de la Iglesia católica reprochó que “el crimen se ha extendido por todas partes, trastocando la vida cotidiana de toda la sociedad.
“Creemos que no es útil negar la realidad ni tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora”, puntualizaron en un comunicado los obispos encabezados por Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM.
Manifestaron su “profunda preocupación por la creciente violencia que sufre nuestro querido país”, la cual se manifiesta “afectando las actividades productivas en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, en las escuelas, en las pequeñas, medianas y grandes empresas”.
Los criminales, agregaron, “se han adueñado de las calles, de las colonias y de pueblos enteros, además de caminos, carreteras y autopistas y, lo más grave, han llegado a manifestarse con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más inseguros y violentos del mundo”.
Al reconocer que es necesario redoblar los esfuerzos, ya que queda mucho por hacer para la reconstrucción del tejido social, la jerarquía católica hizo un llamado al gobierno federal y a las autoridades de distintos niveles a sumarse al pronunciamiento que se hizo desde el Senado, ya que es tiempo “de revisar las estrategias de seguridad que han fracasado”.
Exigió escuchar a los miles de familiares de víctimas, a los policías maltratados por el crimen, a los académicos, investigadores, medios de comunicación, a las fuerzas políticas, la sociedad civil y a las asociaciones religiosas, pues “creemos que no es útil negar la realidad ni tampoco culpar a los tiempos pasados”.
“Escucharnos no hace débil a nadie; al contrario, nos fortalece como nación”, puntualizaron los obispos. En su conferencia mañanera desde Palacio Nacional, el presidente López Obrador advirtió que no va a cambiar su plan para enfrentar la delincuencia, aunque reconoció que llevará tiempo porque lo primordial es atender con programas sociales y de manera directa a los jóvenes para eliminar las causas que generan la violencia, así como acabar con la corrupción e impunidad.
Comentó que le parece “ruin” que responsabilicen a su gobierno de un asunto del fuero común, como el asesinato de los jesuitas.
Con información de Milenio