“El que es mandado, no es culpado”


Sinaloa al Día / Juan Manuel Pineda

 

En México le atribuyen al legendario dirigente de la Confederación de Trabajadores de México, Fidel Velázquez, aquello de que…”el que se mueve no sale en la foto”.

En tiempos elecciones, la frase aplica para los “adelantados” a los tiempos electorales de uno u otro partido.

Sin embargo, en la víspera de la definición de los candidatos a alcaldes y diputados locales en Sinaloa, podemos remitirnos al refrán popular que se antepone –convenencieramente, por supuesto- para deslindar alguna responsabilidad en una situación conflictiva: “el que es mandado, no es culpado”.

Quien esté dándole seguimiento al proceso electoral 2013 en Sinaloa, ¿se atrevería a señalar que el “pachangón” en Los Mochis, el pasado día 26, con miles de acarreados de todos los rincones de Ahome, fue motivado sólo por el cumpleaños 37 de Arturo Duarte García, actual subsecretario de administración y finanzas del gobierno estatal?

¿Qué los miles de asistentes, llevados en decenas de camiones, llegaron “ansiosos de felicitar” al subsecretario de finanzas?

¿Qué Duarte García también estaba que “se moría de gusto” por “encontrarse con sus amigos”?

¿Qué emocionado, al borde de las lágrimas, el funcionario estatal sólo tenía muestras de agradecimiento por “tanto cariño que le tienen”?

¿Qué estaba feliz, radiante, por estar rodeado de “amigos” y de tanta “gente que lo quiere”?

Y la cereza del pastel, la frase de Arturo Duarte García que cambiará la historia de Ahome: “entre más tiempo pasa y más siembra uno, más cosecha”

En tiempos electorales 2013, aquello de que “el que se mueve no sale en la foto” no causa urticaria al ahora ex subsecretario de finanzas y aspirante a la candidatura del PRI a la alcaldía de Ahome, Arturo Duarte, porque el “pachangón” fue un burdo “madruguete” de evidente inicio de precampaña con todas las bendiciones de quienes mueven los hilos del poder.

¿Qué por tal motivo le pidieron la renuncia?
¡Por favor!, de cuándo acá la vox populi miente, simplemente recordemos: “el que es mandado, no es culpado”.